Fotos: Cortesía de Ocesa
Amor y deseo, Jorge Drexler siempre nos ha sabido apapachar al público mexicano y esta ocasión no fue la excepción, pues «una hoja en blanco» , sus músicos en escena, luces color rojo y “El Plan Maestro“, fue el tema para inaugurar esta velada, la cual, nos dejó a todos con grandes anécdotas que contar.
“Me Haces bien”, “fusión” e «Inoportuna” nos comenzaron a incitar a adentrarnos a esta historia del concierto más grande que ha dado Drexler en nuestro país.
Aquí solo hay de tres: te enamoras, se te rompe el corazón o buscas a quién dedicarle una canción de Drexler, no hay más, porque las canciones que Jorge nos ha brindado, son para hacernos sentir, para gozar, para llenarnos de amor o representar aquellos corazones desesperados.
Y justo así fue esta velada de Tinta y Tiempo, una historia, una canción y un Auditorio en el que todos nos convertimos en parte de la orquesta de Jorge, pues al ritmo de palmas, golpes en el piso, o cualquier movimiento que produjera un sonido, Drexler nos sumo a su team.
Regresamos hasta 1992 y “Era de Amar”, nos hizo viajar en él tiempos y regresar a los inicios de Jorge, quien hizo sonar el Auditorio Nacional en una de sonido única, haciendo mención especial a Cerati “usa el amor como puente” .
“Siempre ganaba la hoja en blanco” mencionó Drexler antes de acercarse a la recta final e interpretar “Tinta y Tiempo”, no sin antes abrir pie a uno de los momentos más épicos de la velada, pues «Movimiento» y «Tocarte» fueron ese momento en el que el publico enloqueció y saco sus mejores movimientos.
La noche llego a su fin, y «Todo se transforma» y «Amor al Arte», fueron los dos temas elegidos para cerrar esta noche mágica.
No nos canto «Trama y Desenlace«, pero aprendimos que los desenlaces también se pueden amar.